El Latinoamericano Narrante

  A Dios nuestro Señor

Cuanto  te pedí, me lo diste, más, nunca pensé que me ibas a dar esos regalos, a pesar de mis infidelidades. Me concediste la experiencia para poder palpar en carne propia un hilito de dolor que no se asemeja en nada a lo sufrido por tí, por mí.

Estoy solo ahora pero no lo estoy, porque te tengo a tí y tú me auxilias, eres

el norte de mi amor, mas soy yo quien vá al sur de mis pecados.  Tu solo sabes Señor Nuestro el camino que nos queda por recorrer, mientras tanto continuas enseñandonos a vivir, a amar.

Me entregaste los recursos necesarios para subsistir, ahora me toca a mí disponerlos para dar vida y significado a los que nos toca vivir.

Todos somos pecadores

  Quiero pisar tierra, no por nuestra cuenta vamos a convertirnos en santos,      necesitamos la gracia del Señor, humanicémonos primero, aprendamos que para conquistar el bien, es necesario aprender a convivir y detectar donde estamos haciendo mal, aún más en mi caso cuando  una falla orgánica ha ocasionado la separación de cuerpos en una unión bendecida por Dios.

Seguiremos por esa escalinata siempre encontrando el mal a nuestro paso, pero orando y suplicando para no caer y retomar los mismos escalones inferiores, sino que en el mismo sitio donde caímos, rapidamente volvernos a levantar y con la fuerza que Jesús nos dá, continuar llevando nuestra cruz y seguirlo hasta donde nos dure la vida.

Esforcémonos por conseguir esa comunión con nuestros hermanos, los hombres y mujeres que encontramos en nuestro camino, camino cierto que llevará al logro de  nuestra salvación con la gracia de Nuestro Dios. 

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Nunca màs poner en lo 

                material mi esperanza                 

        Finalmente al estar de nuevo en la realidad, me doy cuenta que sin Dios,      no somos nada, vamos derechito al infierno.  EL obrar bien y la rectitud de nuestra conducta nos conducirà finalmente a la meta, que es la santidad, aunque aùn no lo veamos claro por nuestra misma naturaleza pecaminosa.

Si el mundo te lanza a conquistar el éxito, está bien, pero no dejes de pender de ese hilo, tu vida vale màs que tu éxito y tu alma vale más que tu vida.  Si tienes bienes no los pongas en primer lugar, primero está Dios y luego tus prójimos, entregalos de alguna forma que El te recompensará.

Parecería ilógico disponer de nuestros bienes para el disfrute de otras personas, pero no es así, es ayudar al que tiene tan poco y no solo con dinero, sino con el tiempo, con tu sabiduría, para que Dios te premie y te regale en abundancia porque El nos lo prometió así.

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Encontrar un asidero

         En medio de este tremolar, la política no funciona, la economía tampoco,

         los valores están por el suelo, hacemos las cosas por interés o por paga.

         Siempre hay un camino verdadero, el que nos indicó Jesús y proviene del

         Nuevo Testamento, comenzando por el amor a nuestros prójimos.

           Si amamos encontramos al prójimo, lo ayudamos y podemos ir adelante,

           porque dando recibimos, así apartamos nuestra soledad. Unos con otros

           nos ayudamos y comenzamos a salír de tiempos complicados y difíciles,

           prosiguiendo en el amor, de la mano de nuestro Dios.

                 Felíz el que busca porque encuentra, ama y serás amado practicando las

          virtudes y llenos del Espíritu Santo. Con estas palabras deseo ofrecer una

          respuesta a momentos tan aciagos, Dios nunca nos falta.